Hace exactamente un año, el 2 de mayo de 2012, manteniamos una reunión con la que fue la matrona en el parto de los mellizos. Acudiamos a hablar con ella para que valorara una vez más la posibilidad de asistir nuestro parto en casa. No fue una reunión muy larga, pero los instantes previos a tener su respuesta se hicieron eternos para nosotros.
La preparación del parto de los mellizos comenzó el día siguiente a tener la confirmación del embarazo. Desde ese mismo instante tuvimos claro, que queríamos un parto en casa. Como ya comenté en anteriores post, la doula con la que iniciamos este camino nos recomendó discrección, dejó muy claro que no cerraramos ninguna puerta y que nos teníamos que preparar para afrontar cualquier escenario, incluido el parto por cesárea. Tras la primera ecografía y recibir la noticia de que esperábamos mellizos, las posibilidades de encontrar una matrona que atendiera el parto en nuestro domicilio se redujeron mucho. Tanto que solamente una matrona estaba dispuesta a escucharnos.